martes, 6 de septiembre de 2011

Saldo positivo

La radiografía muestra que mi hueso se ha consolidado, eso es lo que dijo el doctor. Casi 4 años después de todo, mi hueso ha decidido pegarse. Algún médico chamán me dijo que muchas veces los daños en las piernas se producen cuando uno no quiere "caminar el camino" que le toca caminar. Ahora, con esta nueva conformación ósea, me pregunto: ¿qué camino me tocará?

Cita con el doctor

En exactamente 5 minutos mi madre pasará por mí. Hoy es un día importante. Luego de casi un año de tratamientos naturistas y altos y bajos en la ostiomielitis de mi pierna, veré al doctor que, de alguna manera, me transformó en lo que soy y salvó buena parte de mi pierna.
La situación podría parecer grave: todos los día debo drenar pus y líquido de dos fístulas que hay en mi pierna, me duele la placa de metal que tengo pegada al hueso y hace algunos días presento una especie de erupción en la pierna que lejos de mejorar, empeora. Sorprendentemente he dejado de preocuparme. Todos estos cambios en mi cuerpo los percibo como un proceso. ¿Hacia dónde? Aún no lo sabemos, quizás otra operación, quizás un largo tratamiento con antibióticos, quizás la amputación de la parte inferior de mi pierna, no me importa en realidad, ahora sé que nada de estas cosas serían decisivas puesto que el final está aún muy lejos.

domingo, 4 de septiembre de 2011

El dolor como aliado

La conciencia corporal se nos olvida. Tan acostumbrados estamos a ocupar la carne, los fluídos y los huesos que no nos parece nada del otro mundo. Entonces llega la tragedia: nos amputan un brazo, se te inmoviliza la mitad del rostro, se te entierra la uña, te muerdes la lengua o en mi caso, pierdes 5 centímetros de hueso de la pierna y la movilidad del pie. Sin querer martirizarme lo digo: todo esto duele.  Tanto el placer como el dolor nos devuelven la conciencia del cuerpo, ambos son como hermanos, trabajan de manera muy parecida pero uno ha recibido muy mala propaganda.
Mi primera reacción hacia el dolor fue la acostumbrada, una mezcla de sufrimiento e ira. A veces duele tanto que te parece que no hay realidad más allá de esa sensación. Poco a poco, quizás debido a que el dolor no cesó luego de los 4 meses que el doctor dijo que duraría, me fui acostumbrando a mi situación. Cuando me preguntan si aún me duele y respondo que todos los días, muchos me preguntan cómo puedo vivir así. La mejor forma de explicarlo es decir que uno termina por conocer su dolor. Así como uno navega el placer que causa un orgasmo o el efecto de una droga, se puede racionalizar el dolor, darle una estructura, conocerlo. El primer paso es concentrarse en la sensación. Los ejercicios de respiración ayudan mucho a concentrarse y a quitarle el control al dolor: cuando algo duele gritas, te sofocas, te mueves. Nuestra primera reacción al dolor es el rechazo y el miedo, pero cuando esto se ha superado tenemos la oportunidad de pensar el dolor y cuando esto pasa, aprendes a entender el mensaje que te está dando y sabrás qué hacer para aliviarlo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Volverse cojo

Es como un sueño: de repente despiertas, tienes la pierna izquierda 5 cmts. más corta que la derecha, ambos tobillos te duelen (aunque el izquierdo un poco más) y has cumplido 30 años. Han pasado casi 4 años del accidente y solo hasta ahora te has aceptado como eres.  Felicitaciones, muchos lo logran demasiado tarde.